Hablar otro idioma parece ofrecer cinco años de protección contra Alzheimer.
Los niños que crecen hablando dos o más idiomas tienen menos riesgo de desarrollar Alzheimer más tarde en su vida.
Ése es uno de los beneficios que, según un científico estadounidense, se obtienen con el bilingüismo.
En todo el mundo, se cree que el número de personas que hablan dos o más idiomas supera a la cifra de quienes sólo hablan uno.
Hasta 1960 las investigaciones mostraban que los niños bilingües parecían tardar más en adquirir la capacidad de lenguaje.
Ahora, sin embargo, según el profesor Jared Diamond, investigador de multilingüismo de la Universidad de California, en Los Ángeles, esas afirmaciones ya no se aplican porque los estudios actuales señalan que no existen grandes diferencias en el progreso cognnitivo y lingüístico de niños multilingües y los monolingües.
Pero tal como afirma el investigador en la revista Science, hay ciertas áreas en las que cuantos más idiomas se hablen, más beneficios para el individuo.
Mejor ajustados
El científico cita el trabajo de Ágnes Kovács y Jacques Mehler, quienes probaron la respuesta de infantes que crecieron con padres que hablaban diferentes idiomas a sus hijos y de infantes que sólo fueron expuestos a una lengua paterna.
Los investigadores diseñaron un juego en el que aparecían marionetas en distintos lados de una pantalla, y antes de la aparición de la marioneta se mostraba una palabra diferente que no tenía sentido.
Lo que encontraron fue que los niños “bilingües” se ajustaban más pronto a los cambios y, basados en una clave de lenguaje que se les daba, podían anticipar más rápidamente de qué lado de la pantalla iba a aparecer la marioneta.
Tal como explica a la BBC el profesor Diamond, ese estudio revela que los individuos que se desarrollan como bilingües tienen más capacidad de concentración en situaciones confusas.
“Un bebé que crece bilingüe ha aprendido desde los tres meses de edad a poner atención a los sonidos del italiano y a ignorar a una madre que habla chino”, cita como ejemplo el investigador.
“Pero si su mamá empieza a hablar, el bebé comenzará a poner atención a los sonidos chinos y a ignorar el italiano”.
“Un infante que crece bilingüe tiene que practicar para prestar atención, mientras que el resto de nosotros no”.
En otro estudio realizado en Canadá, el experto encontró que quienes hablaban más de un idioma tenían menos probabilidad de desarrollar determinadas formas de demencia, incluido el mal de Alzheimer.
Protección contra la demencia
La investigación con cientos de pacientes ancianos con demencia en ese país, encontró que, en promedio, las personas bilingües desarrollaron síntomas de la enfermedad cuatro años después que los individuos monolingües.
Una posible explicación, dice el experto, es que los individuos bilingües suelen ejercitar sus cerebros en formas como sus pares monolingües no lo hacen y, por lo tanto, pueden retrasar la enfermedad.
“Sería realmente muy poderoso si pudiera lograrse, como parece ser el caso, obtener cinco años de protección contra el Alzheimer aprendiendo otro idioma”, dice el profesor Diamond.
“Pero supongamos que usted es un zapatero sueco que habla cinco idiomas. Usted podría obtener 25 años de protección contra la enfermedad, lo que significa que no desarrollaría síntomas sino hasta cumplir 102 años, es decir, no se enfermaría de demencia en absoluto”.
El experto está consciente de que unos pocos estudios no pueden ofrecer evidencia concluyente de las ventajas del multilingüismo.
Pero insta a no repetir los errores de muchos inmigrantes en Estados Unidos, incluidos muchos miembros de su propia familia, que han elegido no pasar sus idiomas nativos a sus hijos una vez que llegan a tierra estadounidense.
“Por lo menos, no hay que mostrar prejuicios a la hora de aprender otro idioma”, afirma el científico.
“Si tus padres son inmigrantes insiste en que te enseñen su idioma y si tus padres no son inmigrantes, entonces esfuérzate tu solo por aprender otro idioma”.
“Como mínimo te vas a divertir y como máximo este esfuerzo podría atrasar la aparición de los síntomas del Alzheimer cinco, diez, 15 o 20 años”, agrega.